Cada vez que la empresaria indonesia Lilis visitaba a sus suegros, le encantaba comer sus crujientes galletas caseras, hechas de arroz y harina de tapioca e infundidas con jengibre aromático. Acosó a su esposo para que obtuviera la receta para poder prepararlos en su aldea de Java Occidental.

A través de prueba y error, finalmente descifró la fórmula perfecta y comenzó a vender simping en 2002 en quioscos alrededor de Bojong Barat, su aldea en Purwakarta, a unas 75 millas al sudeste de Yakarta. Pero mientras las bolsas de los sabrosos bocadillos volaban de los estantes, ella no ganaba lo suficiente para mantener a su familia.

Así pues, al igual que millones de mujeres indonesias, en 2010 aceptó un trabajo en el extranjero, trabajando como cocinera para ahorrar lo suficiente para construir una casa para su familia, y dejando su negocio en suspenso hasta que regresó a casa seis años después.

De vuelta en Bojong Barat, se sintió paralizada. Sabía que necesitaba pedir dinero prestado para invertir y hacer crecer el negocio, pero le preocupaba que la casa por la que trabajó tan duro estuviera en peligro si no cumplía con los pagos del préstamo.

El punto de inflexión llegó el año pasado cuando se encontró con su vecina, Fatimah, facilitadora de Mastercard Strive en Indonesia, que tiene como objetivo ayudar a 300,000 emprendedores a aprovechar el poder de la economía digital.

Muchas de las 66 millones de pequeñas compañías repartidas por las islas de Indonesia tienen dificultades para encontrar el apoyo que necesitan para fortalecer sus habilidades digitales y financieras y acceder al capital. De hecho, el 73% de los propietarios de pequeñas compañías de Indonesia no recurrieron a préstamos ni a servicios digitales y el 63% de ellos no accedieron a ningún servicio de apoyo empresarial, según un reporte de 2025 publicado por el Centro Mastercard para el Crecimiento Inclusivo, que lanzó el programa en la nación del sudeste asiático en 2023.

Por eso, el programa Mastercard Strive Indonesia, que incluye al Consejo Nacional Indonesio para la Inclusión Financiera y a Mercy Corps Indonesia, está conectando a emprendedores rurales de Java con mentores locales como Fátima, quienes hablan con ellos cara a cara y evalúan rápidamente sus desafíos.

"Las pequeñas compañías que reciben tutoría desde el principio tienden a tener una mayor probabilidad de sobrevivir y crecer", dice Ani Winarti, oficial senior de capacitación y tutoría de Mercy Corps con sede en Java Oriental. "A menudo ven mejores ingresos y están más preparados para enfrentar desafíos".

Fatimah se ofreció a ayudar a Lilis a abrir una cuenta bancaria a su nombre y aplicar un préstamo. Podía ver que el negocio de bocadillos de su vecino tenía potencial, pero sabía que Lilis pasó años cuidando a su hija enferma y se había sentido decepcionada por las personas que previamente le prometieron ayudarla a obtener un préstamo.

Decidida a ganar la confianza de Lilis, Fatimah comenzó a ayudarla a recopilar los documentos que necesitaba para abrir una cuenta bancaria y le mostró cómo aumentar las ventas al permitir que los clientes pagaran usando códigos QR en lugar de solo efectivo.

"Quiero compartir mis conocimientos para aprender y crecer junto con mujeres emprendedoras para ayudarlas a alcanzar sus objetivos en el desarrollo de su negocio y, por supuesto, mejorar sus habilidades personales", dice Fatimah.

Inicialmente escéptica, Lilis comenzó a aprender sobre ahorros, crédito y ciberseguridad a través de la plataforma de tutoría empresarial en línea Micromentor, adaptada de una desarrollada por Mercy Corps. Pronto le dio la confianza para pedir un préstamo de 20 millones de rupias (1.230 dólares) para mejorar su cocina. 

Hoy su negocio, que emplea a cinco personas, entre ellas su hija y su sobrina, acepta pagos digitales, y Lilis está decidida a abrir una tienda para vender pasteles y artículos para fans a medida que el negocio crezca.

“Ahora puedo ahorrar y gestionar bien mi dinero”, dice. “Además, puedo emplear el préstamo para acondicionar mi espacio de producción. Ahora simplificar es más fácil, ahorra tiempo y mejora la calidad.

Los facilitadores de Mercy Corps muestran a pequeños grupos de emprendedores conceptos básicos de marketing digital, desde tomar fotos de productos hasta configurar tiendas en línea y vender a través de canales como WhatsApp. Les muestra cómo introducir pagos digitales y aplicar crédito y seguro.

Cerciorar de que las mujeres empresarias como Lilis estén en el centro del programa es fundamental para ayudarlas a acceder a las habilidades y recursos digitales que necesitan para ser financieramente resilientes, crear empleos y mantener a las familias.

"El impacto va más allá de los números. Crea oportunidades reales para que nuestras participantes femeninas generen confianza y fortalezcan su mentalidad emprendedora", dice Winarti. "Están liderando, innovando y transformando sociedades".