Las organizaciones están descubriendo que los modelos de economía circular, que tienen como objetivo reducir los desechos y la contaminación manteniendo los recursos en uso el mayor tiempo posible, pueden reducir costos y crear nuevas fuentes de ingresos. Como resultado, las compañías con visión de futuro están capitalizando el cambio de sistemas lineales derrochadores a alternativas circulares más rentables.

El Palacio de Blenheim, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en Oxfordshire, Inglaterra, demuestra cómo las compañías pueden implementar iniciativas de economía circular al tiempo que mejoran la eficiencia operativa, mejoran las experiencias de los visitantes y reducen los costos. Un nuevo libro blanco muestra cómo tomó forma la iniciativa empleando Mastercard Move y ofrece conclusiones claras para los ejecutivos que consideran programas similares.

"La sostenibilidad ya no es una compensación contra la rentabilidad", dijo David Green, jefe de innovación de Blenheim Palance. "Cada vez más, se está convirtiendo en un impulsor de la misma".