26 de junio, 2025 | Por Mark Barnett
Imagina que eres dueño de un establecimiento en Guatemala y siempre compraste tus sacos de arroz y latas de Pepsi en efectivo. Es una costumbre, y durante mucho tiempo fue la forma más sencilla de pagar a los distribuidores por los productos. Pero, aunque pagar en efectivo puede parecer conveniente, a menudo conlleva costos ocultos: demoras en las compras, riesgo de robos y la pérdida de beneficios o recompensas, lo que puede afectar a los pequeños negocios tanto a corto como a largo plazo.
Desde las tienditas de barrio hasta las peluquerías locales, muchos pequeños negocios familiares en todo el mundo siguen dependiendo del efectivo o los cheques, a pesar del auge de los pagos en línea y sin contacto.
Es un proceso manual y que consume tiempo, carece de transparencia y genera desafíos logísticos, así como vacíos en el inventario que a menudo se traducen en ventas perdidas. Además, como pagar en efectivo no genera historial crediticio, las pequeñas y medianas compañías suelen ser vistas como riesgosas por los prestamistas, lo que les impide acceder a oportunidades de crecimiento como comprar más inventario, abrir nuevos locales o aumentar sus ingresos.
¿Pero qué pasaría si estos dueños de negocios pudieran comprar productos fácilmente desde la misma plataforma que usan para hablar con colegas y familiares —por ejemplo, mediante herramientas de comercio conversacional con inteligencia artificial— y al mismo tiempo acumular puntos de lealtad y construir historial crediticio? Para miles de tiendas de abarrotes en toda América Latina, esta visión ya es una realidad gracias a las nuevas herramientas que Mastercard desarrolló en alianza con compañías de bienes de consumo (CPG). Cuando las pequeñas compañías prosperan en la economía digital, todo el ecosistema se beneficia.
Las pequeñas compañías son la columna vertebral del sector de bienes de consumo empaquetados (CPG), que supera los 2 billones de dólares, comprando productos ya sea directamente a los proveedores o a través de distribuidores. Las relaciones interpersonales entre los dueños de pequeños negocios y los distribuidores de CPG, que en muchos casos son de décadas, tienen una oportunidad única para ayudar a transformar la forma en que se realizan los pagos a gran escala. A través de nuevas soluciones, Mastercard está colaborando con grandes compañías de CPG para digitalizar los pagos y aportar un valor agregado a las pequeñas compañías socias.
Please accept functional cookies to watch this video.
En muchos mercados de América Latina, la poca digitalización está profundamente arraigada; tanto así que, en zonas rurales, se estima que entre el 60% y el 70% de los comercios minoristas de barrio todavía operan únicamente con efectivo. Por eso, Mastercard está trabajando con distribuidores de bienes de consumo como CBC para llevar los pagos digitales a los micronegocios en toda la región.
Con esta alianza estratégica, los dueños de establecimientos pueden pagar fácilmente sus refrescos o snacks sin necesidad de usar efectivo — en su lugar, emplean una tarjeta Mastercard de marca compartida, ya sea haciendo clic en un enlace de pago dentro de una aplicación o con solo acercar la tarjeta al momento de la entrega. Al pagar con tarjeta, acumulan puntos que pueden canjear por inventario. Además, con el apoyo de representantes de ventas de distribución de su confianza, reciba capacitación para implementar la tecnología y aprovechar sus beneficios sin complicaciones. Es una forma fluida e intuitiva de digitalizar sus operaciones, que aprovecha el elemento humano de los negocios a través de relaciones interpersonales con los equipos de ventas locales.
Al pagar de forma digital, los dueños de negocios también construyen historial crediticio, lo que les da la posibilidad de aplicar préstamos para su negocio. La falta de acceso a este tipo de financiamiento fue, durante mucho tiempo, una de las principales barreras para el crecimiento de las pequeñas compañías. Con préstamos, pueden expandir abriendo nuevos locales y contratando más empleados. Y una vez que se sienten cómodos con los pagos digitales, muchos también comienzan a aceptar tarjetas de crédito de sus propios clientes. Este cambio es clave, ya que les permite aumentar sus ventas, mejorar la seguridad y, además, ahorrar tiempo valioso que antes dedicaban a contar efectivo y desplazar hasta el banco.
Las CPG también se benefician. Por ejemplo, si un dueño de una tienda de abarrotes no tiene efectivo disponible cuando llega el camión del distribuidor, puede que la compañía CPG se quede con inventario no vendido de forma inesperada.
Con una solución digital, las compañías CPG pueden tener la seguridad de que las entregas no serán rechazadas, lo que mejora tanto la gestión del flujo de caja como las operaciones logísticas. Además, pueden reducir otros costos, como seguros, cajas fuertes para almacenar efectivo en los camiones o almacenes, y otras medidas de seguridad adicionales.
Y los beneficios para las compañías CPG van mucho más allá de lo operativo. Las compañías pueden diferenciar de la competencia al ofrecer tarjetas para pequeños negocios acompañadas de un programa de lealtad. Estos programas fortalecen la fidelidad a la marca y pueden generar un aumento en las ventas.
Los conocimientos generados a partir de los pagos digitales con tarjeta de crédito también brindan a las compañías CPG acceso a una gran cantidad de datos nuevos y confiables sobre sus clientes. Esta información les permite mejorar el servicio al cliente, innovar con productos y servicios personalizados, y realizar estrategias de marketing más efectivas, lo que en última instancia contribuye positivamente a sus resultados financieros.
En el marco de la celebración del Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Compañías de las Naciones Unidas, el pasado 27 de junio, Mastercard espera continuar con esta labor crucial de conectar a las pequeñas y medianas compañías con los proveedores de bienes de consumo (CPG), ayudando a que todos prosperen en la economía digital.
Soluciones como estas crean un modelo a seguir para que otras industrias puedan fortalecer su resiliencia, impulsar el crecimiento y ayudar a transformar economías enteras en motores de crecimiento más inclusivos y eficientes.
--
Lee el último reporte: